En tiempos de cuarentena recuerdo haber leído el libro de la biblia de Josue y meditando, pensaba en todos esos personajes que se enfrentaron a grandes pruebas de Fe. Yo me preguntaba, ¿Cómo podría vivir sin que mi fe fuera probada en esta vida ?

Con una hermosa familia de tres, nos sentíamos incompletos, sobre todo por mi hija mayor, Hadassa, quien soñaba con tener alguien con quien jugar y quien nos pedía a gritos una hermana o hermano. Después de casi siete años de tener a Hadassa tomamos la decisión de buscar complementar nuestra pequeña, pero significativa familia.

Vivimos en Venezuela, y la mayoría de nuestra familia se encuentra fuera del país y durante la pandemia se nos arrugaba el corazón de ver a Hadassa crecer sola con sus abuelos y con nosotros, teniendo muchos juguetes pero no tener con quien compartir o pelear por ellos. Tengo un hermano menor y muchos primos, crecí acompañada de ellos y sabemos lo hermoso que es tener compañía y con quien jugar y crecer juntos.  Así que sentimos que era el momento.

Todo paso muy rápido y quedamos embarazados casi al mes de comenzar a buscar. Nos enteramos a los dos meses que el regalo de vida se formaba en mi vientre. Pasaron muchas cosas graciosas debido a que nos dijeron que su sexo era varón, ya tenia pensado su nombre seria Josue, pero después de un tiempo nos dieron la hermosa noticia de que era una niña. Todo marchaba muy bien y decidimos llamar a nuestra princesa Hannah, su nombre significa Gracia y la verdad solo pronunciarlo nos encantaba .

En la semana 22 de embarazo, durante la ecografía, el ginecólogo se alarmó por lo que vio. Yo estaba con la presión alta, cosa que era nueva para mi, y nos hablaron de algo llamado preeclampsia. La verdad, yo si había escuchado el termino, pero nunca pensé sobre lo terrible que era esta enfermedad para mi vida y para la de Hannah.

Así  comenzó nuestra temible prueba de fe. Entre muchas consultas médicas y muchos exámenes, los doctores intentaban lo posible por llevar el embarazo lo más lejos posible, pero mi vientre ya no era el lugar más seguro para mi niña. Ademas, también mi vida estaba en peligro, fue así como el día de cumplir la semana 34 se programó una cesárea y nuestra hermosa hija Hannah llegó a este mundo el 03 de abril del 2021 pesando un kilo setecientos gramos.

Recuerdo me la mostraron al estilo Simba (Rey Leon). Era hermosa pero no pude tenerla cerca de mi pues debían llevarla a cuidados intensivos donde me dijeron que estaría en observación, y yo debía también permanecer monitoreada por mi tensión. Pasaron muchos momentos donde mi tensión subía pero la verdad, el amor de una madre no ve los riesgos propios, sino que mi mente y mi corazón estaban divididos en dos partes con mis dos hijas.

Los días en el hospital fueron eternos y ahora lo agradezco. Recuerdo sentir que era injusto ver a mi bebe solo por 15 o 20 minutos al día, verla con muchos cables, verla luchando, y lo peor era tener que despedirme. Agradecía a Dios cada día de vida, pues era un regalo y nunca me queje.

Pasaron 21 días donde Hannah guerreaba, fue muy poderoso y hermoso ver a toda mi familia, amigos, iglesia, y hasta personas que no conocíamos, orar por ella. Teníamos a todo un ejército clamando y orando por ella, conocíamos el poder de la oración y lo que la fe podía llegar a hacer en nuestras vida, esa siempre fue mi oración, salir victoriosas del hospital.

Mi estado de salud debia mejorar, ya no podía quedarme en el hospital, debía cuidarme para Hannah. Recuerdo que el 24 de abril al subir a casa, esa tarde mientras esperaba en el auto a que mi papá comprara unas cosas, llamó mi atención un árbol, me transmitía algo que no podría describirles, era como que si en mi corazón ya sabía que algo cambiaría, ese día por la noche tuve un derrame y me tuvieron que trasladar de nuevo al hospital.

Cuando los médicos se dieron cuenta que tenía restos de placenta, no lo podían creer ya que era imposible yo estuviera así por 21 días sin presentar ningún síntoma de infección, me intervinieron de nuevo.

En ese momento cerré mis ojos, recuerdo orar mucho a Dios pidiendo que él cuidara de mis hijas y familia. Pensaba en Richard quien tenía que quedarse afuera del hospital todas las noches para estar al pendiente de cualquier cosa que necesitara nuestra hija, y ahora estaba yo de nuevo en peligro. Pedí a Dios fuertemente que fuera su voluntad y así fue como después de unas horas pude despertar. En medio de toda la situación, yo me sentía muy bien de estar de nuevo un poco más cerca de mi Hannah, fue para mi terrible cuando me dijeron que no podía visitarla y que mi reposo era ahora absoluto en casa. Luego de recuperarme, fui de nuevo a casa con los brazos vacíos.

Pasaron solo 10 días donde recibí el peor mensaje de mi esposo. El me pidió que por favor orara por Hannah, porque ella tuvo un paro respiratorio. Mi hija Hadassa me ayudó y juntas nos arrodillamos y oramos por un milagro del Señor, que sople aliento de vida en sus pulmones, y después de varios intentos los médicos no pudieron hacer nada más.

Cuando llegué al hospital aquel 8 de mayo, Richard estaba destrozado y yo aun no entendía. Me mantuve serena y fuerte para él, para mi madre, y para Hadassa quien estaba abajo esperando con mi papá, ansiosa por llevarse a su hermanita a casa. Fue muy doloroso decirle que eso no sería posible y que ahora Hannah estaba sin más dolor, sin más cables, sin más medicamentos y que nosotras nos despedimos sin saber que ese 24 no volveríamos a vernos. No pude pasar a verla ya sin vida, cuando pasamos por eso nos pidieron tomar decisiones tan difíciles y en un tiempo tan corto que yo sentí en mi corazón que no debía despedirme y así lo hice.

Venían las cosas más duras que un padre y una madre pueden pasar, tener que enterrar su cuerpo. Al día siguiente, que era por cierto un día de las madres, recuerdo repetirle a mi madre mientras me sostenía en el cementerio decirle, ¡Ella no estaba allí, ella ya no estaba allí!

Todo fue muy rápido y el estar en casa era muy confuso, teníamos cajas por abrir de muchas cosas tan hermosas solo para ella que nuestra familia había enviado. Teníamos todo su ropa, sus pañales, todo lo que necesitaba, pero no la teníamos a ella.

En nuestros pocos minutos juntas le decía  que se esforzara y fuera muy valiente, que no temiera, ni desmayará por que Dios estaba con ella y ahora era yo la que debía ser fuerte y ser valiente. Un día cuando decidí volver a orar pedí a Dios me mostrara que quería que yo hiciera con tan grande dolor y con tanto vacío. No solo habíamos enterrado a nuestra hija sino, todos nuestros sueños de verla crecer .

Nuestra vida puede ser corta y la de Hannah había sido corta, como una gota en el océano, pero con tanto significado para nuestra familia y para mi.

Todos la amaban, todos habían orado, ayunado y todos teníamos fe.

¿Estaba Dios fallando?, ¿Estaba Dios olvidando todo lo que le clamamos?

Muchas personas de diferentes países poniéndonos de acuerdo en orar. Fue así como orando sentí indescriptiblemente su amor, rodear mi corazón y pude saber que ella sí había salido en victoria. Ella estaba ahora sana, como tanto pedimos, que ahora era más feliz, que yo ni siquiera podía imaginar su gozo, que Dios sí respondió nuestras oraciones y que El siempre esta.

Fue así como en nuestro proceso de duelo conseguimos el propósito de la vida de nuestra amada Hannah mediante el ministerio de Hope Family Care, Dios nos mostró con algunos versículos bíblicos, historias, y testimonios de familias que pasan por lo mismo que nosotros.

No podemos decirles que el dolor acabará mientras estamos aquí o que tenemos las respuestas a tantas preguntas, pero ahora podemos comprender su dolor y acompañarlos en este camino con la certeza de que el Señor está cerca de los quebrantados de corazón y los de espíritu abatido.

Aunque mis brazos sintieron un vacío enorme de no poder nunca cargar, amamantar, y abrazar a mi valiente Hannah, hoy tengo los brazos cargados de la más grande esperanza que me dio Jesús al regalarme la eternidad en donde esa gota de agua en comparación con el océano de la eternidad ni aún los años de Matusalén podrán llenar ni una copa y donde se que mi familia estará completa.